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By DiablesseEso es lo único que escuchó en silencio Bee Schafer, hija de Anna Wintour, cuando plácidamente tirada en su sofá, cual Maja de Goya, repasaba las páginas de la revista de mami para detenerse justo en el resumen del Costume Institute Gala y darse cuenta que no estaba incluída con todo y su gran Nina Ricci. Como lo dije en aquel entonces: “Un vestido así y una madre ícono no son suficientes, hace falta estilo propio”.
La conclusión de esta historia parece tener dos vertientes, la primera determina que Anna Wintour se dio cuenta que su retoño necesita una personalidad propia y no la prestada por su progenitora; mientras que la segunda opción justifica el hecho como un acto de bondad de la editora de VOGUE para con los invitados que no son sus parientes y que no tienen el futuro asegurado en el mundo de la moda. Yo suspiro por que sea la primera. ¡Buen fin de semana!