La insoportable levedad de Sex and the City
Wednesday, April 2nd, 2008CHISME CALIENTE
Todo comenzó con un gran personaje: Carrie Bradshaw. El vestuario ideal coronó la longevidad de una mujer que ahora es ícono y no olvido. Pronto llegará el largometraje y con él una premiere que hará vibrar el alma fashionista. Pero Sarah Jessica debe decidir. ¿Qué va a vestir? O mejor dicho, ¿de quién va a vestir? Varios diseñadores se debaten a muerte por ser los elegidos. Dicen por ahí, que hay una famosa maison que trata de sobornarla con la suculenta oferta de vestir a su pequeño hijo de por vida. Otras lenguas viperinas cuentan que una marca más le ha guiñado el ojo, junto con cuatro millones de dólares, para que lleve su diseño.
Pero las almas más venenosas pregonan la envidia que ha generado tanto “chic-alboroto” en el resto de las protagonistas, quienes han sacado las uñas, perfectamente manicuradas con barniz de MAC, para sabotear el look de quien se ponga enfrente. Lo que más desean es verse espectaculares y lo que menos quieren es que Parker se lleve las palmas. De hecho, amenazan con NO llegar juntas al evento y es que es más fácil creer en la alquimia que en la amistad entre mujeres. Yo lo siento por Pat Field, ¿qué va a hacer la pobre con cuatro féminas al borde de un ataque de couture y prét-à-porter? Ay, las muy bitches…
Fuente: The Mirror