El desfile más comentado, por no decir criticado, durante la Semana de la Moda en Milán fue, indudablemente, el de Prada. Que si presentó mujeres perversas al estilo “maestra dominatrix”, que si le brindó una oda al encaje como lo hiciera Ghesquière con las flores, que si no entendieron la propuesta, que si bla, bla,bla.
Tal vez, todos y cada uno de los pronunciamientos tengan razón, pero como me gusta defender a mis amores, me he dado a la tarea de encontrar los puntos clave que le brinden un respiro a Miuccia y que acerquen a los mortales a un entendimiento gustoso del trabajo de la diseñadora italiana. A continuación, unas cuantas razones de por qué darle un sí a Prada:
Razón #1: En el mundo fashionista, los diseñadores presentan una colección basada, principalmente, en lo que sus egos e ideología establecen como único y satisfactorio. Es decir, que pueden darse el lujo de hacer desfilar a Sasha Pivovarova con un flamingo zurcido a la parte trasera de su atuendo para después, con mirada intelectual, comentarle a la prensa que es debido a la preocupación que les aqueja sobre el cambio climático. ¿Alguien lo entendió? No. Pero todos caemos en el círculo vicioso de la alabanza y hacemos como que sí. Sin embargo, resulta que Pivovarova además de cargar al ave muerta, llevaba un saco rojo perfectamente cortado y que luciría excelso con los pantalones que compramos la semana pasada. Así, como por arte de magia, desaparece la conceptualidad y surge el verdadero valor de las prendas, por lo tanto, para la última colección de Prada se aplica el mismo fundamento.
Razón #2: Cualquier mujer orgullosa de su condición sabe lo que una buena falda recta puede hacer por su autoestima. Miuccia Prada también lo sabe y nos regaló unos maravillosos ejemplos ideales para ir a la oficina, a una fiesta, o simplemente para hacer rabiar a quien se deje. Cuando alguien tiene la oportunidad de entrar a una tienda Prada experimenta una sensación de lujo que, aunada a la adquisición de un objeto, permite olvidar la pasarela y concentrarse en la realidad individual. Así que mejor miren estas lindas faldas e imaginen con qué las combinarían.
Razón #3: Durante el invierno, el abrigo es la prenda imprescindible por excelencia, por lo tanto, inspirarse o adquirir (si el bolsillo lo permite) alguno de los propuestos por la marca italiana es motivo de acierto y aplauso. Eviten dejarse llevar por el estilismo fecundado para una colección en particular, ya que lo verdaderamente importante es la utilidad y longevidad de la ropa. Estos abrigos tienen carácter, personalidad chic y la valentía necesaria para enfrentar el frío más extremo.
Razón #4: El clásico vestido de cocktail dejó por un momento de ser tan predecible y surgió como una circunstancia digna de notoriedad y vanguardia. Haciendo a un lado el desafío feroz de las transparencias y la rudeza del aspecto, es posible capturar la feminidad de la forma y la sencillez favorecedora de cada modelo. El análisis en el uso del color es tan arrebatador como el brillo que resplandecerá por la calle, si le dan una oportunidad. El equilibrio sublime lo darán, tal vez, unas lindas sandalias de tiras gruesas y el cabello suelto bailando al compás del viento.
Razón #5: En la actualidad es casi un obligado el hacer de una celebridad una musa, pues de esa forma resulta más reconfortante y fácil el portar algo de lo que no se está completamente seguro. La pasada colección de Prada y su tan mencionado ugly chic desataron los cuestionamientos y las incertidumbres, sin embargo, en el momento en que Anna Wintour se convirtió en el inseparable maniquí de uno que otro vestido estampado, la opinión popular dio un giro radical y efervescente, algo que muy probablemente sucederá de nuevo. Además, aquél que se precie de ser un fashionista empedernido sabe que el estilo y la palabra de Wintour son ley.
Razón #6: Los accesorios de Prada son primordiales en todas las temporadas, pues los zapatos y los bolsos se convierten en el hábito adictivo e infalible, capaz de combinar con distintas personalidades y gustos. Para esta ocasión, Miuccia mantiene la línea creativa e irresistible que, tal vez, ya los haya hecho suspirar. ¡Mírenlos tan lindos ellos! Ahora, díganme si me equivoco.
Razón #7: Por último, sólo me resta decir que a todo lo anterior le antecede el estatuto irrefutable de: ¡ES PRADA, MALDITA SEA! Qué más da lo que digan quienes nos dedicamos a esto, al final nuestro deseo siempre lleva implícito el espíritu Prada. ¿O no?