Acusación: Ser el culpable de la constante aparición de Jennifer Hudson en las páginas de la Vogue y haber hecho creer a Mariah Carey que en realidad es un fashion icon.

Hu, hu, hu, Hudson!!!
Argumentos a su favor: Tanto él como sus ‘amigas’ son un ejemplo (raro, pero existente) de que la gordura no es un impedimento para estar en Vogue (a esa conclusión hemos llegado la Diablesse y yo después de elucubrar durante toda una eternidad). Además, es la prueba fehaciente de que los mejores talentos de la moda no sólo nacen en ciudades como Nueva York, Paris o Milán, pues el nació en Carolina del Norte (sin comentarios al respecto).

¿Alguien piensa defenderlo?
Condena: Debido a que es innegable que Carey y Hudson son una agresión deliberada contra las pupilas de muchos humanos alrededor del mundo, asiduos lectores de Vogue, y que la única razón por la que han llegado hasta ahí es una clara ‘ayudadita’ de su parte, lo condeno a escuchar completos todos los discos de Mariah y escuchar paso a paso y con lujo de detalles su versión sobre su ruptura con Luis Miguel (si sí, otra vez) y además, y gracias a mis poderes sobrenaturales, a ser uno de los tirantes del bra que Hudson utilizó en la pasada entrega de los Oscares, hasta que solito se arrepienta de todo lo que ha hecho. Se aceptan más sugerencias.
Nota para André
Dear:
Aunque de verdad te quiero y admiro mucho, no puedo perdonarte semejantes insultos contra la humanidad.
Infernalmente Sincero,
Diable