Michael Kors: De moda y paparazzi…
By Diablesse 
La sociedad global y sus circunstancias típicas de doble moral y morbo secreto, encuentran un regocijo extremo en el alma sinvergüenza de los paparazzi. Actualmente, la mayoría de las publicaciones presentan imágenes captadas desde la cotidianidad de cualquier víctima célebre descubierta, mientras miran cómo sus ventas tocan el cielo interesado de la perturbación ajena. Por supuesto, el mundo de la moda debe mirar la luz del faro intermitente que le grita en silencio cual es su próximo objetivo. En este caso, Michael Kors fue quien respondió al llamado y, bajo el pretexto de la nueva campaña para su colección de primavera-verano, conspiró al lado de Mario Testino y Carmen Kass, la perspectiva más glamourosa de las “estrellas” y su inseparable pariente incómodo, el paparazzo.
Kass posó como las grandes, engañando perfectamente a la cámara deseosa de intimidad y pretendiendo no saberse observada vestida de cítricos y oropel, mientras juega el juego de la seducción con el amor en turno. El plano de Testino interpreta la toma “defectuosa” de un reportero sensacionalista, capaz de adentrarse sin escrúpulos en la existencia de una celebridad representada únicamente por el valor intrínseco del bienestar económico. Sin embargo, éste es el ambiente perfecto para vender una colección salida de la mente de Kors, un diseñador que trabaja a merced del lujo y la perversión de la clase alta, y quien conoce religiosamente el atuendo necesario para un día de yates, romance y escándalo digno de primera plana. Así es Michael Kors, el hombre que entiende de ropa, poder y actualidad.
